viernes, 30 de octubre de 2009

Entrevista a Howie y Nick por El Mundo - España

Chicos listos
La'boy band' más exitosa y una de las más longevas de la historia del pop actúa esta semana en MadridBACKSTREET BOYS + MADCON Sábado 31, a las 21.30 horas Palacio Vistalegre (Utebo, 1) Entradas agotadas

La escena es ya un cliché: en el hotel donde se alojaban los Backstreet Boys durante su reciente visita a Madrid para promocionar su nuevo álbum, This Is Us, el cerco de chicas de menos de 20 años en su exterior era prueba significativa de que ahí pasaba algo. Pero lo que sí sorprende es que la mayoría de ellas podrían ser las hijas -bueno, no tanto, pero sí las sobrinas pequeñas- de sus ídolos. Howie Dorough tiene ahora 36 años; Brian Littrell, 34; A.J. McLean, 31, y Nick Carter, 29.
Así de talluditos están ya los integrantes de la que, atención, es la boy band más vendedora de la Historia: 75 millones de discos desde que fuesen prefabric…, perdón, formasen el grupo, en Orlando, Florida, en 1996. Y, aunque sus fans no griten tanto como las de Tokio Hotel, son igual de potencialmente peligrosas. "Algunas han cogido habitaciones en la misma planta donde se encuentran ellos, y eso que cuestan 200 euros la noche", advertía asustada la directora del hotel minutos antes de la entrevista que sostuvimos con el mayor y el menor del grupo.

Ahora que la mayoría de ustedes pasan de la treintena, ¿no pensaron en cambiar el nombre a Backstreet Men?
HOWIE DOROUGH.- (Risa leve). No, la palabra boys no se refiere sólo a 'muchachos' (en castellano original), sino que también se puede tomar como 'colegas', 'amigos'. Seguro que a Beach Boys, Beastie Boys o Pet Shop Boys nadie les pregunta que por qué no se cambian el nombre.
NICK CARTER.- No tienes por qué asociar a las boy bands como algo joven e inmaduro para gente que no escucha música o no le presta atención. Está bien, pasamos bastante de ello.H.D.- Quizá cuando tengamos 60 años nos pongamos 'Los ancianos del callejón' o 'Los chicos del asilo'… Vale, no, esto no ha tenido gracia.

Aunque las cosas sobre las que quieran cantar ahora serán diferentes, ya no verán la vida de la misma manera.
N.C.- La verdad es que desde los 12 años… (ríe), bueno, no, no lo pongas así, pero mi visión de la vida nunca ha dejado de ser la misma desde que estoy en la banda, así que todo sigue igual. Hay otra gente con trabajos, que vive la vida real y está con los pies más en el suelo. La nuestra tiene sus contrapartidas también: exige mucho mentalmente, y tienes que tener ciertas habilidades, ser una persona muy fuerte para habituarte a ello.

¿Sienten, por tanto, que viven en un mundo paralelo al de la gente común?
H.D.- Supongo, porque nuestro éxito nos ha colocado en un diferente estilo de vida, pero siempre hemos querido ser listos con lo que hacemos, ver cómo funciona este negocio. Las cosas fluctúan mucho y siempre tienes que tomar las mejores decisiones que puedas, incluso las financieras, inversiones de cara al futuro, estar siempre muy encima de los diseños, del tipo de escenario que utilizaremos en los conciertos…

¿Cómo les afecta la crisis discográfica actual?
N.C.- Tenemos que ajustarnos a ello como todos los demás, pero todavía somos lo suficientemente afortunados. Viajamos a un montón de sitios, seguimos teniendo muchos seguidores y nos podemos permitir montar un gran espectáculo. Tal como está la cosa, es un privilegio que podamos ir a Japón y tocar dos noches seguidas en un recinto para 60.000 personas. Queremos hacer música que sintamos que valga suficientemente la pena para que los fans se quieran comprar el CD entero y venir a vernos en directo.

¿Qué pueden contar sobre su nuevo espectáculo?
H.D.- Tenemos coreógrafos nuevos. Hemos ensayado mucho antes de empezar la gira. Serán casi dos horas de entretenimiento sin parar, desde los viejos éxitos hasta el nuevo álbum, con mucho baile. Es muy similar al tipo de montaje que hicimos en la época del Black & Blue Tour (2001), y nos hemos implicado mucho en todo.

¿Les cuesta más trabajo hacer las coreografías ahora? No tendrán la misma energía de antaño…
N.C.- Yo creo que estoy en la mejor condición en que me he encontrado nunca. Me siento bien trabajando en ello. Creo que el cansancio no llega hasta los 40 ó 50 años.

Backstreet Boys fue el eslabón entre New Kids On The Block y 'N Sync. ¿Cómo se ven a sí mismos dentro de la cadena de boy bands?
N.C.- Hemos seguido nuestro propio camino, negándonos a hacer anuncios y muchas de las cosas que hacen las otras bandas. Llevamos mucho tiempo en esto y no es necesariamente algo que tenga que ver con la credibilidad o cosas así, sino que simplemente cuidamos a nuestros fans. Nosotros éramos seguidores de grupos como Boyz II Men, que se deshicieron y no volvieron a hacer música. Cuando eso sucedió nos sentimos tristes y decepcionados por ello, y no queremos que nuestros fans se sientan así.

Kevin Richardson dejó el grupo en 2005. ¿Se han hecho ya a su ausencia?
N.C.- Siempre le echaremos de menos porque es parte de la familia, pero sí creo que ahora es el momento en que puedo mirar fotos de nosotros cuatro y sentir que un quinto miembro estaría fuera de lugar. Él tomó esa decisión y nos forzó a plantearnos si parábamos todo o si continuábamos por nuestro lado.

¿Es cierto que les ofrecieron hacer un reality show para reemplazarle?
N.C.- Sí, grandes cadenas nos plantearon espectáculos de esa naturaleza, pero lo cierto es que no hay nadie que le pueda sustituir, así son las cosas. Siempre ha habido ciertas normas internas en la banda que no queremos romper, y esa es una de ellas.

Cuando miran hacia atrás, ¿se arrepienten de muchas cosas?
H.D.- Puede que de un par de decisiones y un par de estilismos, pero nos lo intentamos tomar todo con una perspectiva positiva.

Creditos: elmundo.es // backstreetboys.cl

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